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LUMBALGIA

Actualizado: 2 dic 2020

¿Qué es la lumbalgia o dolor lumbar?


La lumbalgia, también conocida como lumbago, es la forma común e inespecífica de referirse a cualquier dolor localizado en la parte inferior de la espalda, entre la última costilla y la región glútea.


En ocasiones, la patología implica disfunción de las estructuras que se encuentran en ésta zona mencionada: músculos lumbares, discos y vértebras lumbares, ligamentos o vísceras como el riñón. Otras veces, es un dolor referido de otras zonas corporales o lesiones secundarias con un origen superior o inferior.





Causas del dolor lumbar


Las principales causas de lumbalgia en personas jóvenes son el sobreesfuerzo muscular, la realización de movimientos repetitivos o el impacto directo sobre la zona lumbar. Las posturas mantenidas de flexión o hiperextensión, los movimientos de torsión o las vibraciones constituyen las principales causas.


En la tercera edad, la artrosis y la osteoporosis son los principales responsables de la aparición de las molestias lumbares, así como posibles alteraciones de la estructura de la columna lumbar como la escoliosis o una hernia discal.


Además, existen múltiples causas que pueden dar lugar a la aparición de una lumbalgia o que pueden agravarla: infecciones, patologías neurológicas, lesiones provocadas en un accidente, problemas ergonómicos y neoplasias.



Si analizamos la musculatura de la región lumbar, los músculos que principalmente causan el dolor son:


  • Por su hipertonía (acortamiento/contractura) el psoas, ilíaco, cuadrado lumbar, erectores de columna lumbar, piramidal, glúteo medio y el diafragma. Pincha aquí para ver cómo estirarlos.





Entonces, ¿qué produce el dolor?


El dolor lumbar aparece por un mecanismo neurológico que implica la activación de los nervios que transmiten el dolor y la posterior hipertonía muscular e inflamación en fase aguda. A veces la inflamación del asta posterior vertebral puede conllevar la compresión de la raíz nerviosa.


Ese mecanismo puede desencadenarse por una alteración de la estructura de la columna vertebral, como una hernia discal, o por una degeneración importante de la articulación intervertebral. En la mayoría de los casos no se puede llegar a averiguar la causa inicial que desencadena el dolor lumbar, por ello es muy importante realizar un buen diagnóstico diferencial.



Por todo ello, uno de los objetivos primordiales será la desensibilización del sistema nervioso central y periférico.




¿Existe relación entre el hallazgo en pruebas de imagen y daño en los tejidos?


Existen numerosos estudios y revisiones sistemáticas (1) que analizan los resultados obtenidos con resonancia magnética en pacientes asintomáticos, y mostró en diferentes grupos de población (joven, mediana edad y tercera edad) la presencia de protusiones o hernias discales cada vez más presentes a medida que avanzaba la edad, desde un 37% en gente joven hasta incluso un 96% en gente mayor de 80 años.


Concluye que las discopatías o lesiones del disco intervertebral son un hallazgo muy frecuente en pacientes asíntomáticos y que por tanto no siempre son la causa directa del dolor.


Por todo ello, para la mayoría de los pacientes con dolor inespecífico no es recomendable realizarse pruebas como la resonancia magnética en las primeras seis semanas de evolución (2). Sólo en caso de sospechar de las banderas rojas y posibles complicaciones deberemos recurrir a dichas pruebas diagnósticas. Incluso en el caso de la presencia de radiculopatías (ciática) no está indicada la prueba (2).




En Fisiotherapy Madrid trabajamos sobre la funcionalidad del individuo con el objetivo de adaptar su cuerpo a las demandas necesarias del día a día. El hecho de que tengamos una protusión o una hernial discal no implica necesariamente incapacidad o dolor. Por ello es importante iniciar un tratamiento conservador lo más precoz posible.




Incidencia: ¿Tiene la misma frecuencia en hombres y mujeres?, ¿En qué franja de edad?


Esta patología afecta tanto a mujeres y hombres jóvenes, como adultas y aparece tanto en trabajos sedentarios, como en aquellos que implican un gran esfuerzo físico. Constituye la patología que provoca mayor número de incapacidades o bajas laborales.


El denominador más común suele ser una descompensación de los grupos musculares ya sea por sobreesfuerzo o por inactividad. Aproximadamente el 80% de la población ha tenido o tendrá alguna lumbalgia durante su vida y hasta el 70 por ciento de los jóvenes antes de cumplir los 16 años han experimentado este dolor de espalda.


Los cuadros crónicos y degenerativos son más frecuentes entre los 45 y 65 años y, en este caso, sí es algo más frecuente en la mujer (60%) (1).




Cómo diferenciar una ciática de una lumbalgia


La ciática, como su propio nombre indica, hace referencia a un cuadro clínico doloroso en el que se ve implicado de forma directa o indirecta el nervio ciático.


La afectación puede ser por la presencia de una protusión o hernia discal lumbar en la salida de la raíz nerviosa del ciático, o a lo largo de su recorrido hacia el miembro inferior por hipertonías musculares como la del músculo piramidal o los isquiotibiales. Pincha aquí para saber cómo aliviar los síntomas en una ciática.




¿Qué tratamiento llevamos acabo?


El manejo de la lumbalgia debe entenderse desde un marco biopsicosocial, es decir, depende de numerosos factores como el estilo de vida, nivel de actividad física, sedentarismo, horas de sueño, alimentación, creencias sobre la patología y la psicología del paciente entre otros. El tratamiento de fisioterapia debe ir combinado con la modificación de dichos hábitos de vida saludables para obtener el mayor éxito terapéutico (3).


Nuestra herramienta principal para su tratamiento en consulta es el ejercicio terapéutico y la terapia manual, ya que la evidencia científica nos indica alta eficacia y grandes resultados a corto plazo (4). La individualización de los ejercicios terapéuticos será una de las claves, ya que cada cuerpo es único y cada paciente tiene un contexto y unos objetivos diferentes.



El trabajo sobre la musculatura del CORE será fundamental para la recuperación, prestando especial atención al transverso abdominal, los erectores lumbares y el glúteo mayor.


Se analizaron en diferentes estudios los beneficios del ejercicio a la hora de disminiuir la intensidad del dolor. Encontramos que los programas con un mayor número de semanas de duración muestran mejorías del 50-60% para programas de entrenamiento de entre 8 y 14 semanas; además de la duración del programa de entrenamiento, la intensidad del mismo también parece influir, de tal forma que a mayor intensidad mejores resultados en el manejo de la lumbalgia (5).


El abanico de las herramientas de tratamiento es amplio. A continuación, os mostramos diferentes opciones con las que manejamos el dolor lumbar:




¿Cuál es el pronóstico de una lumbalgia?


En general, el pronóstico suele ser favorable. La mayoría de pacientes dejan de presenta sus síntomas en una semana, pero casi la mitad tiene una recidiva en el mismo año. Esto puede ser debido a que realizamos el tratamiento, ejercicios y estiramientos de forma constante pero cuando se nos pasa el dolor dejamos de hacerlos.


Los nuevos episodios de lumbalgia nunca se deben considerar como el resultado de una lesión nueva. Hay que aconsejar al paciente incrementar de forma gradual su nivel de actividad, ya que la inactividad es perjudicial (6).



Prevención de la lumbalgia


La mejor recomendación para evitar y prevenir el dolor de espalda es hacer ejercicio en cualquiera de sus variantes o, en todo caso, mantenerse físicamente activo evitando el sedentarismo. La realización de ejercicios físicos que desarrollen una musculatura compensada puede paliar los efectos adversos del dolor lumbar.





El cumplimiento de las normas de higiene postural destinadas a realizar las actividades de la vida diaria harán que la espalda trabaje de la manera más ergonómica posible y sufra menor carga, adaptándonos a las demandas del día a día.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Brinjikji, W., et al. "Systematic literature review of imaging features of spinal degeneration in asymptomatic populations." American Journal of Neuroradiology 36.4 (2015): 811-816.


2. Scott Will, Joshua, David C. Bury, and John A. Miller. "Mechanical Low Back Pain." American family physician 98.7 (2018).


3. Marin, Teresa J., et al. "Multidisciplinary biopsychosocial rehabilitation for subacute low back pain." Cochrane Database of Systematic Reviews 6 (2017).


4. Van Middelkoop, Marienke, et al. "A systematic review on the effectiveness of physical and rehabilitation interventions for chronic non-specific low back pain." European Spine Journal 20.1 (2011): 19-39.


5. Gabriel A. Hernández y Juan D. Zamora Salas " Ejercicio físico como tratamiento en el manejo de lumbalgia" Rev. Salud Pública. 19 (2017): 123-128.


6. Kita, J. (2007). Lesiones deportivas. México, D.F.: Aguilar.



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